ICONO DEL DESARROLLO DE LA CONSTRUCCIÓN DE GUAYAQUIL
Desde una edad temprana, el arquitecto Fernando Illingworth Vernaza demostró una apasionada dedicación por las actividades que emprendía y las responsabilidades que asumía en el mundo de la construcción. Formó parte de empresas y consorcios que llevaron a cabo obras públicas y privadas de gran envergadura, lo que le otorgó el reconocimiento y el respeto de sus colegas.
Transitar por Guayaquil o viajar a otras ciudades y regiones de la costa ecuatoriana sin toparse con una obra en la que Illingworth estuviera involucrado es una tarea complicada. Ya sea en la construcción de las bases de un impresionante rascacielos, la creación de un puente que conecta comunidades o el desarrollo de un proyecto de control de inundaciones vital para la seguridad de la región, su influencia es innegable.
Su contribución trasciende las estructuras físicas. En el servicio público, Illingworth lideró numerosos proyectos desde los 42 años hasta los 77. Estos proyectos, que seguramente alcanzan cifras de diez dígitos en términos de inversión actual, fueron ejecutados con la colaboración de destacados profesionales y amigos. Además, presidió las gestiones para adquirir el terreno donde se encuentra el actual Terminal Terrestre de Guayaquil, así como la contratación de los diseños que lo transformaron en un punto de referencia en la ciudad.
Logros y Retos
Su influencia se extendió incluso a asuntos aparentemente simples pero de gran importancia. Fomentó la implementación de vías unidireccionales en las rutas de Salinas y Playas a Guayaquil, una medida que, durante los muchos años en que se mantuvo en vigor, evitó numerosos accidentes fatales en los fines de semana de temporada invernal. A pesar de las críticas iniciales que consideraban esta solución poco efectiva, Illingworth perseveró, demostrando su compromiso con la seguridad y el bienestar de la comunidad.
Además de sus logros en el ámbito privado, el arquitecto Fernando Illingworth presidió CEDEGE en dos ocasiones. Esta entidad desempeñó un papel esencial en la ejecución de importantes obras de infraestructura que incluyeron la construcción de la Presa Daule Peripa con su central hidroeléctrica, el proyecto de Trasvase a Santa Elena, las medidas de control de inundaciones en la Cuenca Baja del Guayas y un proyecto integral de explotación agrícola en Babahoyo, entre otros.
A partir del año 2000, dedicó su tiempo y esfuerzo a la Junta de Beneficencia, donde lideró la transformación del Cementerio Patrimonial. Su labor incansable incluyó la modernización de los servicios, el catastro de las distintas estructuras, la expansión de los cuerpos de bóvedas y la creación de las instalaciones del Panteón Metropolitano. Su dedicación a este servicio voluntario refleja su compromiso inquebrantable con la comunidad y su deseo de mejorar la calidad de vida de sus conciudadanos.
El arquitecto Fernando Illingworth es mucho más que un ícono del desarrollo urbanístico de Guayaquil y la infraestructura regional. Él personifica lo que un individuo apasionado y comprometido puede lograr en beneficio de su ciudad y su país. Su legado perdurará a través de las estructuras que ha creado y las vidas que ha tocado. Su habilidad y templanza no solo han enriquecido su carrera profesional, sino que también han beneficiado a toda la comunidad.
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