Construcción: desarrollo y bienestar
Guayaquil está inmersa en problemas que desesperan a sus habitantes: deficiencia del transporte público, congestionamiento vehicular, obras inconclusas, falta de planificación urbana, falta de inversión pública, efectos del invierno; y, por si esto fuera poco: corrupción e inseguridad.
Para hacer frente a estos retos, las nuevas autoridades seccionales están obligadas a buscar mecanismos, acuerdos o compromisos serios y concretos que garanticen un respiro a los guayaquileños. Hay que recuperar la confianza de los ciudadanos.
Uno de los caminos para salir de esta grave situación es mirar a la construcción como un aliado para impulsar la economía y generar plazas de trabajo para el ciudadano común, que no encuentra un espacio que le garantice el sustento para su familia; especialmente los jóvenes, que es la población más vulnerable a engrosar las filas de la delincuencia.
La construcción, como sector de interés, tiene muchas ventajas, ya que se trata de uno de los pilares de la economía al movilizar toda la cadena productiva asociada al sector que se ven beneficiados cuando se desarrolla un proyecto de infraestructura.
Guayaquil todavía tiene una gran brecha de infraestructura pública (básica, transporte y vivienda), lo que supone una oportunidad para grandes proyectos que pueden ser ejecutados mediante alianzas público-privadas.
Hoy más que nunca hay que aunar voluntad y esfuerzo para trabajar por un solo objetivo: sacar a Guayaquil del letargo en el que se encuentra y mitigar la situación de sus habitantes. Como gremio, estaremos siempre apoyando todo aquello que beneficie a la ciudad y al sector.
Salir dependerá de la capacidad de sus autoridades para lograr acuerdos y ejecutarlos.