Editorial Presidente
¿Contratista o Financista?
Ley de Contratación Pública en el Sector de la Construcción en Ecuador
La Ley de Contratación Pública es un tema crucial para el sector de la construcción y
para quienes estamos inmersos en su quehacer diario y constante. En Ecuador este es un
asunto que permanentemente está en debate y, que sinceramente, vale mucho la pena
analizarlo con calma. A la fecha existe un sinfín de resoluciones y derogaciones nuevas
que, en lugar de esclarecer, han hecho que la ley se convierta en un verdadero desafío
para el constructor.
Es primordial realizar un análisis profundo de las condiciones de trabajo que tenemos
los constructores, así como sobre los anticipos que se estipulan para el desarrollo de las
obras, alineándolo a un cronograma de inversiones y a la duración del proyecto.
No debemos permitir que se reduzca el verdadero propósito de nuestro gremio, y pasar
de constructores a convertirnos en financistas. En la actualidad, es cada vez más palpable
la afectación que estas condiciones generan en nuestro sector. Es por ello, que desde
la Cámara de Construcción de Guayaquil ratificamos que nuestra labor es impulsar el diseño
y construcción de edificaciones y proyectos que cumplan con rigurosidad técnica y
seguridad para todo aquel que se involucra en el proceso constructivo y su uso posterior.
Cuando hablamos de anticipos de un 1% o incluso un 5% es algo realmente insostenible
en la práctica. ¿Cómo podemos esperar que un proyecto salga adelante con anticipos
tan bajos? Eso es simplemente irreal y, más aún, pone en riesgo la función e inversión del
constructor.
Hay que tener en cuenta que estos anticipos tan limitados pueden abrir la puerta a
prácticas poco claras en cuanto a la legalidad de los proyectos. Ya ha ocurrido en otros lugares del mundo, en donde grupos delictivos han tomado el control de las contrataciones
públicas, desplazando a los constructores legítimos. Por eso, para garantizar la seguridad
nacional y el desarrollo sano de nuestros proyectos, es fundamental revisar esta situación.
Por ello desde nuestra Comisión de Obra Pública, consideramos que aplicar un enfoque
técnico, basado en las características particulares de cada proyecto, puede resultar en
anticipos más justos y equilibrados. Un anticipo debe ser razonable y ajustarse al tiempo
de contratación. Si tenemos un contrato de corto plazo, es lógico que el anticipo tiene que
ser mayor, mientras que en un contrato más largo se puede disminuir progresivamente.
Pero seguir con anticipos de trabajo del 1% es, honestamente, ridículo. Propondría que un
anticipo razonable debería estar entre el 25% y el 30%, y si el tiempo es considerablemente
mayor, tal vez incluso un 50% o más. Como sector, necesitamos que esta propuesta se
escuche y se considere en las mesas de diálogo.
Estoy convencido de que al mundo de la construcción nos urge una Ley de Contratación
más eficaz que aporte más al desarrollo del sector. A pesar de que ha habido cambios y
ajustes a lo largo del tiempo, considero que todavía queda mucho por hacer. Al final del
día, lo que buscamos todos es que las obras se ejecuten de manera eficiente y justa, para
que podamos seguir construyendo un Ecuador mejor.
Desde la Cámara de la Construcción estamos trabajando en propuestas, considero importante que no basta ser parte del problema, como sector debemos ser parte de la
solución, los constructores somos un pilar crucial para la economía de nuestro país y que
a pesar de varias situaciones que nos aquejan aún seguimos generando, directa e indirectamente, miles de fuentes de empleo.
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